Uno de los principales pilares del Festival RIZOMA es nuestra apuesta por ayudar a construir un mundo más limpio. Por ello, este año hemos comenzado a colaborar con ReTree, empresa que lucha contra la desertificación reforestando zonas amenazadas por el despoblamiento y favoreciendo su regeneración y mantenimiento (lo que también ayuda a crear empleo rural).
¡Y desde hace poco tenemos ya nuestro propio bosque! Está en Robledillo de la Jara, un pequeño pueblo en la montaña de Madrid. ¿Te animas a visitarlo con nosotros durante nuestra edición de mayo? Más abajo puedes ver algunas fotos de cómo está quedando.
Sobre ReTree
Nos dedicamos a la reforestación, pero lo más importante es cómo. Aunque nuestra meta final es la compensación de CO2 hay muchos beneficios que podemos obtener “por el camino”. Nosotros hemos decidido centrarnos especialmente en la creación de empleo rural y en la desertificación (según el IPCC España es uno de los países del mundo con mayor riesgo de desertificación en los próximos años).
Aunque nos encanta el Norte de España, en general, no plantamos mucho por allí porque, aunque se absorba mucho CO2, no se alinea con el resto de nuestros objetivos. Por eso trabajamos mucho la localización de terrenos donde el despoblamiento esté pegando fuerte y donde el bosque pueda ejercer de barrera natural contra la desertificación. Una cosa muy especial que hacemos es el tema del mantenimiento: sería imposible regenerar estos espacios sin él y además ayuda a fomentar aún más el empleo rural.
Pero lo más especial, y en lo que hemos estado varios años investigando, es nuestra metodología para digitalizar el comportamiento de los árboles (nuestra gran obsesión). Lo hacemos mediante tecnología satelital + IA, gracias a la cual aportamos mucha más trazabilidad al sector.
Para más información: retreetheplanet.com
Sobre Robledillo de la Jara
Robledillo de la Jara es un pueblo que se encuentra en el sistema montañoso de Madrid (España). Para contarte su historia, es necesario que viajemos unos años atrás.
Este lugar sufrió numerosos conflictos que han provocado grandes cambios en su fisonomía natural. A causa de la guerra y hambruna, se justificó la deforestación del robledal que allí existía, con el fin de cultivar más centeno, por lo que, poco a poco, se fue perdiendo el bosque autóctono.
Además, esta zona se vió afectada por numerosos incendios que acabaron con la flora y la fauna predominante. Robledillo pasó de tener un ecosistema rico en biodiversidad a ser un lugar totalmente degenerado donde sólo crecía Jara, llegando a predominar en todo el paisaje.
A todo esto se sumó otro problema: la sedimentación de uno de los mayores embalses que abastecía Madrid. Por medio de la reforestación se consiguió frenar este proceso, pero, al hacerlo con una única especie de pino, no se alcanzó una biodiversidad del entorno.
A día de hoy, estamos trabajando en un nuevo bosque con más especies autóctonas en el Valle de los Sueños, con la finalidad de revertir los problemas hídricos de la zona, regenerar la materia orgánica del suelo, favorecer la biodiversidad, crear empleo rural y, por supuesto, absorber CO2.