Este símbolo del Antiguo Egipto y Antigua Grecia con más de 3000 años de antigüedad representa a una serpiente o dragón comiéndose la cola creando un círculo perfecto con su cuerpo. Está presente en numerosas culturas del mundo sin aparente conexión, como el Jórmundgander en la mitología nórdica, Shesha en la India o en múltiples culturas mesoamericanas.
Simboliza el ciclo de la vida, muerte y renacimiento de una manera holística, celebrando la permanencia de la vida a través de sus ciclos. Incluso en la alquimia representa la unidad de elementos; nada desaparece, sino cambia de forma en un ciclo eterno de destrucción y creación de nuevas formas.
Este ciclo ha estado muy presente en la evolución del cine. Con el paso a los talkies, la llegada de la televisión, VHS, internet y algoritmos, el cine ha estado en un proceso continuo de morir y renacer. Con la llegada de los algoritmos que nutren al espectador global con su propia cola y con un cine de autor cada vez más auto-referenciado para su público nicho, nos parece que estamos justo en el epicentro de un Ouroboros.
En el 2024, RIZOMA pretende analizar el momento actual, re-definir lo que se considera cine independiente y propulsar la conversación hacía una cultura audiovisual renovada y equilibrada.