El videoclip narrativo ha ido incorporando en los últimos tiempos temas y recursos propios del cine contemporáneo, favorecido por su traslado de la televisión a internet como medio de difusión. Los relatos que se narran a través del cine y el videoclip reflejan imaginarios comunes que forman parte de nuestra era, la llamada era hipermoderna: una cultura del exceso que se alimenta de la representación impactante de la violencia, el deseo y la muerte, donde el protagonista de la historia es un personaje desvalido, ambivalente, borderline, que vive al límite y que busca una identidad. El cine “indie” lleva desde los años 90 retratando esta figura pero también el videoclip ha sabido reflejarla en la construcción de sus microrrelatos.